Cómo superar la pérdida de los seres queridos
Visión del Espiritismo ante la pérdida de nuestros seres queridos
El Espiritismo o Doctrina Espirita, nos ofrece un supremo consuelo en una de las causas más legítimas de dolor, al enseñarnos como superar la pérdida de los seres queridos, por las pruebas patentes que nos da de la continuidad de la vida, (como espíritus), después de la muerte del cuerpo físico; de la presencia a nuestro lado de aquellos seres que amamos, de la prolongación de su afecto y preocupación por nosotros, y por las relaciones que nos posibilita mantener con ellos, (a través del pensamiento, la oración, el sueño y la mediúmnidad).
Con el Espiritismo cesan la soledad y el abandono, porque el hombre más aislado, tiene siempre familiares y amigos a su lado con los que puede conversar mentalmente.
Pérdida de seres queridos. Separación temporal.
Cuando hablamos de, pérdida de seres queridos, debemos tener presente que El Espiritismo nos enseña, que siendo nosotros espíritus encarnados, al morir el cuerpo que usamos, retornamos como espíritus libres o desencarnados, a nuestra verdadera patria, el mundo espiritual.
Allí nos reencontraremos con nuestros familiares que han retornado antes que nosotros, y que, más tarde, se nos unirán los que aún queden encarnados; esto nos esclarece que, más que una pérdida, lo que ocurre es una separación temporal, lo que nos da la seguridad de que nos volveremos a encontrar.
Esta separación no provoca la ruptura de los lazos familiares; estos lazos se fortifican en los momentos de reunificación familiar en el mundo espiritual y en próximas existencias.
Pero, además, la Doctrina Espírita nos explica, que nuestros seres queridos continúan a nuestro lado, aunque a veces no los percibamos, que siguen interesándose por nosotros, que sufren al ver nuestra inconformidad, nuestra rebeldía, la cual puede retardarles la elevación a planos superiores.
Como superar la pérdida de los seres queridos
Muchas veces lo que más nos hace sufrir, no es tanto la muerte del ser a quien amamos, y sí, el vacío y la soledad en la que quedamos sumidos, pues la costumbre de tenerlo a nuestro lado, y la dependencia que hemos creado no son fáciles de vencer.
Pero debemos continuar realizando nuestras actividades diarias, y no descuidar nuestros deberes familiares, sociales y profesionales.
No andar llorando por los rincones, ni revisando pertenencias ni fotografías que nos evoquen tiempos pasados, cuando la realidad está en el presente, presente que nos aclara que la muerte no existe, que la separación es temporal, que nos reencontraremos para seguir juntos.
Intenta no usar mecanismos de auto-piedad que nos conviertan en víctimas, creyéndonos los más desafortunados del mundo, ni auto infligirnos sufrimientos pensando en que será de nosotros, ni creernos los más desdichados del mundo, ni decir que voy a hacer sin ti, ni creer que ya la vida no tiene sentido, pues eso es dudar de la sabiduría y la magnanimidad divina.
Evita rememorar las escenas finales del fallecimiento para no revivirle las formas espirituales que nos harán sufrir, y a nuestro ser querido le causará desequilibrios, pues la mente posee un gran poder de acción en nosotros afectándonos directamente ante recuerdos tristes y negativos y beneficiándonos ante pensamientos positivos, saludables, alegres, y de equilibrio. Pensar es crear, recordar es revivir
Actuar en su nombre en ayuda a los necesitados, distribuyendo las pertenencias del desencarnado que no nos sean indispensables, beneficiando con ellas a quienes las puedan necesitar, sean o no, conocidos nuestros o del fallecido, pues lo que debe importar es que tengan necesidades reales.
Imitemos las buenas acciones que acostumbraba realizar, continuando las labores y emprendimientos que haya dejado inconclusos.
Olvidar todo malentendido con familiares, amigos y demás hermanos en humanidad que hayan podido haber ocurrido, aprovechando la bendita oportunidad de practicar el perdón y el olvido de ofensas.
No llevar la relación de quienes asistieron al funeral y quienes no, aceptándolos como antes, no guardándoles resentimientos ni mala voluntad, pues, además de desconocer las razones que no les permitieron asistir, debemos respetarles su libre albedrío.
A pesar de los deseos de estar solos, sin querer saber de nada ni de nadie, debemos huir del aislamiento prolongado, y no dejarnos dominar por la melancolía…
Fortuna, Herencias y Herederos
Según cuenta una de las leyendas sobre los tres deseos de Alejandro Magno para su funeral, el tercero era, que le dejaran las manos abiertas balanceándose fuera del ataúd a la vista de todos, y la respuesta que dio, a uno de sus generales fue, que era para que todos vieran que con las manos vacías vinimos y con las manos vacías nos vamos…
Todas las pertenencias materiales que hayamos acumulado aquí se quedan, pues nunca se ha visto camiones trasladando las pertenencias del fallecido hacia su tumba en el cementerio.
Por ello, en caso de que el recién fallecido haya dejado fortuna, propiedades o efectos personales sin especificar quienes deben heredarlos, no entrar en discusiones personales ni demandas judiciales sin antes intentar establecer acuerdos que beneficien equitativamente a todos los implicados.
No deshacernos de las pertenencias del fallecido de forma precipitada, analizar serenamente de qué forma él/ella los hubiera repartido para no crearle un motivo más de sufrimientos por no haber dispuesto las cosas cuando aún tenía tiempo para hacerlo.
De existir hijos de otros matrimonios, reconocer que ellos no tienen culpa alguna de las acciones de sus progenitores, por lo que debemos considerarlos como legítimos herederos y como familiares nuestros a los cuales debemos acoger con cariño, recordando que ellos también necesitan consuelos y ayuda.
Puede ser que el desencarnado haya cambiado de parecer respecto a alguien, al que, mientras estaba encarnado no le hubiera dejado nada, pero que al ver las cosas desde su nuevo estado comprenda que lo juzgaba erróneamente y ahora desee darle algo.
El fallecido podría sufrir por;
- No haber repartido las cosas cuando tenía tiempo,
- Por el no haberlas repartido por egoísmo,
- Porque alguien se adueñe de todo o se beneficie más que otros
- Por repartirlas de forma diferente a como él lo hubiera hecho,
- INCLUSO de no haber tenido una buena situación económica, puede haber dejado deudas por pagar, ya sea por falta de tiempo, por no haber resuelto su situación financiera, porque no se había cumplido el plazo…De lo que debemos tratar de informarnos para pagarlas si nos es posible y quitarles ese motivo de sufrimiento de su conciencia
De preferencia no donarlo a entidades benéficas de las cuales no podamos saber con entera exactitud en que lo emplearán, sería preferible repartirlo personalmente o ayudado por familiares y amigos leales en obras de verdadera caridad cristiana.
Las donaciones a entidades científicas para investigaciones en el campo de la medicina son muy meritorias ante los ojos de Dios, no así, las que las destinan a desarrollar, sofisticar o crear nuevos métodos de matar…
Ante los que partieron
La desencarnación de nuestros seres queridos, especialmente la de aquellos con los que manteníamos una convivencia muy estrecha y directa, con quienes compartíamos el hogar, e incluso, que dormía a nuestro lado, nos causa sufrimientos agudos que nos parecen imposibles de soportar.
No obstante, cuando un suceso de ese tipo nos ponga a prueba, debemos reducir la desesperación mediante el uso de la oración profunda, sentida, que nos enlace con las fuentes espirituales de amor, con las cuales podamos beneficiar a nuestro ser amado.
Rememorando los mejores momentos vividos en conjunto, evitando llorar inconsolablemente para no hacerlos sufrir por nuestro estado de inconformidad, que no les permitiría alcanzar el estado mental necesario para que la ayuda que se le presta pueda ser efectiva.
Con estas, y otras acciones en el bien, podrás alcanzar consuelo y tranquilizar a los seres queridos que regresaron a la Patria Espiritual, y honrarlos al continuar las labores que emprendieron, o que, desearían poder hacer si continuasen junto a nosotros.
Respecto al fallecido
Es muy importante ayudarlo a comprender su nueva situación, explicándosela como si estuviéramos conversando frente a frente, pidiéndole que ore junto a nosotros al Padre amoroso y justo con resignación y aceptando lo ocurrido como un acontecimiento conveniente para su progreso espiritual.
Debemos pedirle que ore con fervor para que pueda visualizar a los familiares, amigos y benefactores espirituales que se encuentran a su lado ayudándole , para que dicha ayuda pueda ser más rápida y efectiva, y pueda ir con ellos a instituciones espirituales donde recibirá ayuda, esclarecimientos y consuelos.
Cuando se conciencian de su nueva situación de desencarnados, esperan que le posibilites la oportunidad de colaborar contigo en las diferentes tareas que estés realizando en el área de la práctica del bien y del amor al prójimo, de la asistencia a enfermos y necesitados y de divulgación de las enseñanzas espíritas-cristianas.
Pérdida de seres queridos
Ante la pérdida de seres queridos, los dolores inconsolables de los familiares sobrevivientes, les afectan negativamente, provocándoles choques desagradables, malestar, angustia e impresiones penosas que le imposibilitan el descanso necesario para reequilibrar sus emociones y lograr el restablecimiento de sus energías y la readaptación a la vida espiritual.
Nadie nos impide llorar, pero debemos hacerlo sin dejarnos caer en la desesperación o el desconsuelo, y menos, en la rebeldía; lloremos con el alma enternecida por la nostalgia, pero con el corazón lleno de esperanza en el reencuentro futuro.
Oremos con fervor y sentimiento, enviándoles energías confortadoras capaces de ayudarlos a restablecerse; direccionemos nuestros pensamientos hacia la edificación de un mañana en conjunto, para estimularlos a la elevación a planos superiores donde podamos realizar nuestros sueños de felicidad.
“El Cielo y el Infierno” – Segunda Parte Capítulo I: El Tránsito
A la muerte del cuerpo le acompaña, casi de forma general, un periodo de turbación, de inconsciencia, y su duración es indeterminada, variando de algunas horas a algunos años.
La duración de este fenómeno depende del grado de espiritualización alcanzado por el espíritu desencarnante, pero puede ser más corto, cuando sus familiares y amigos colaboran para ayudarle a deprenderse del cuerpo físico.
A pesar de que la separación del periespíritu no comienza hasta después de la muerte, y que no puede operarse instantáneamente, podemos ayudarles a abreviar el tiempo de duración de este proceso y facilitarles el desprendimiento de la materia mediante la oración
Irradiando hacia ellos nuestros más profundos sentimientos de amor, deseos de felicidad y pensamientos positivos, les ayudamos a salir más pronto del estado de inconciencia y a reconocerse más pronto, animándolos a ir con sus guías a instituciones espirituales donde reciban la ayuda y la preparación necesaria .
Esperamos que estas palabras te hayan servido de ayuda y consuelo para la situación en que te encuentras, si ha sido así, agradecele a Dios por habernos revelados estas maravillosas enseñanzas a través de la Doctrina Espírita y comparte y recomienda esta publicación a quienes puedan estar pasando por momentos parecidos y esa será una forma más que te ayudara a superar tu dolor.
Este artículo pertenece a la página web: El Espiritismo es “El Consolador” prometido por Jesús cuya dirección web es: El Espiritismo – El Espirtismo responde las interrogantes de la vida (elespiritismo.cubava.cu) y ha sido remitido por su autor.
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