septiembre 27
2020
¿Filosofía o Religión?

Sébastien Damin ha escrito:
Como toda filosofía, el espiritismo marcha sobre terrenos comunes con la religión (la cuestión del bien y el mal, el sentido de la vida…) y se encuentra en una posición delicada: expresar ideas nuevas a partir de términos antiguos, apreciados de diferente manera y a menudo caricaturizados. Y si bien es cierto que a veces la literatura espírita “clásica” puede revestirse con atavíos religiosos, es cuestión de ubicarla en su contexto histórico; una particularidad de la comunicación espírita es que el espíritu que se manifiesta obtiene sus medios de expresión del medio en el seno del cual se manifiesta. Las relaciones ambiguas que han existido entre filosofía y religión en el transcurso de la historia, plantean el tema del posicionamiento espírita y remiten a la difícil cuestión de su definición, siempre imprecisa. No obstante parece que se puede distinguir a primera vista, por un lado la filosofía, disciplina que impulsa al individuo a pensar por sí mismo, de la religión que impone dogmas, afirmaciones que no necesitan ser justificadas. Pero entonces, ¿por qué el espiritismo es asociado con la religión? La sociología nos da elementos de respuesta. En efecto, a pesar de la diversidad de sus teorías, todos los padres fundadores de la sociología, Weber, Durkheim, Simmel o Marx han otorgado un lugar central a la religión y han coincidido en un punto: el rechazo a la religión como factor determinante en la construcción de nuestra modernidad. Ese rechazo, acompañado por el desarrollo de la racionalidad instrumental, de las ciencias y de las técnicas, el “desencantamiento del mundo”, según la fórmula consagrada por Max Weber, es un factor cultural que ha forjado para alguna parte nuestras estructuras mentales.Las sociedades modernas, luchando contra la opresión religiosa, han optado naturalmente por una visión materialista y atea, sin por eso haber considerado plenamente esa opción.Esta postura combativa, necesaria en un tiempo ha inducido y propagado un sistema binario de reflexión, origen de oposiciones simplificadoras y de atajos caricaturescos que tienen más que ver con el ámbito de la opinión que con la filosofía. En este contexto actual de confusión entre lo espiritual y lo religioso, donde creer en Dios o en la existencia de los espíritus sería necesariamente renunciar a la razón, se comprende fácilmente la amalgama que puede hacerse entre espiritismo y religión.
LOS POSIBLES PUNTOS DE CONFUSIÓN ENTRE ESPIRITISMO Y RELIGIÓN
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La trascendencia
Ellos nos demuestran que se puede creer en Dios en forma laica, sin renunciar por ello a la razón.El ateísmo de los padres fundadores de la ciencia moderna residía únicamente en su rechazo a la teología. Respecto a Darwin, el espiritismo reconocía la ley de la evolución aun antes de que fuera admitida por el conjunto de la comunidad científica. A. Russell Wallace, que descubrió la ley de la evolución al mismo tiempo que Darwin, era espírita y agregamos que el proceso de evolución, y más ampliamente, de creciente complejidad de lo viviente, comprobado por las ciencias de la naturaleza, está en total contradicción con la idea según la cual la vida no tendría sentido, pues en un plano filosófico la idea misma de evolución implica que hay un sentido, una dirección. Ese sentido, esa fuerza de atracción, ese punto de convergencia es la única idea que podamos hacernos actualmente de ese Dios trascendente. Estamos lejos del Dios de las religiones, cuyas proyecciones finalmente nos informan más sobre la naturaleza humana que sobre la naturaleza divina. Él no tiene principio ni fin, no se le puede encerrar en nuestras definiciones. Es un Dios laico sobre el que no hacemos proyecciones. El espiritismo se apoya en los hechos; en ciencia filosófica, no acepta una verdad si no encuentra una justificación teórica. La trascendencia espírita no se opone a la razón pero extrae consecuencias de nuestras observaciones. Observaciones que nos llevan a los límites de la razón.
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La fe
El hecho de que el mundo esté regulado matemáticamente ha sido visto, en primer lugar, como prueba de la existencia de una fuerza causal, y no únicamente por los religiosos.Pero finalmente fue la idea de Hume la que tomó la delantera; el mundo no está tan bien hecho, pues los animales están obligados a matarse entre ellos para sobrevivir; los hombres se matan igualmente entre ellos… una visión pesimista del mundo, carente de fe.
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La existencia de una vida después de la muerte
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La idea de revelación
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El espiritismo se ubica en la continuidad de la moral evangélica
La moral espírita nada tiene que ver con una moral patriarcal y reaccionaria, que difunde relaciones urdidas desde el neolítico entre el poder y lo sagrado; es una moral emancipadora.Los sociólogos de las religiones consideran a la religión cristiana como “un cohete que ha permitido la puesta en órbita de valores que llevaban en sí mismos los gérmenes de la secularización”. Dicho de otra manera, el alejamiento de la sociedad de las normas y los hábitos teológicos ha sido permitido gracias a los valores defendidos por Jesús, de los que, desgraciadamente, se han apropiado las instituciones eclesiales. Según Max Weber o hasta Marcel Gauchet, ellos contienen en parte los gérmenes del progreso que fundaron nuestra modernidad. Muchas de nuestras concepciones actuales, como la idea de igualdad, extraña a los griegos, a los indios o a los chinos, y que llevó más tarde al advenimiento de la democracia, han sido permitidas por la idea de un Dios único. El mensaje de Jesús de fraternidad, de justicia y de compartir, de libertad de elección, de emancipación, en el cual se inspiraron los pensadores del Renacimiento y de las Luces, no era religioso sino más bien filosófico y su contenido ha permitido a nuestras sociedades deshacerse de la religión y progresar en materia de derechos del Hombre. Los progresos que contiene no han terminado.
Conclusión
Al contrario de la religión, el espiritismo no hace proyecciones sobre el más allá: él lo estudia y muestra que es imposible hacerse una representación petrificada. Esta representación inmutable de lo absoluto y del más allá, presentada por las religiones, implica una cristalización del pensamiento que incluye a los espíritus. Es fuente de numerosos conflictos pasados y actuales. El espiritismo está inscrito dentro de un pensamiento dinámico que se profundiza en la medida que evolucionan el conocimiento y la reflexión. Nunca podrá ser dogmático pues esta evolución no tiene fin.El Libro de los Espíritus nos dice en su comienzo que la mayoría de nuestros problemas humanos viene de nuestra incapacidad para ponernos de acuerdo sobre el sentido de las palabras.Ese llamado parece ir a la par de la necesidad de una actividad filosófica y de la necesidad de diálogo, diálogo que sin embargo seguirá siendo difícil, mientras la racionalidad y la objetividad permanezcan circunscritas a la ideología materialista. Un punto positivo: a fines de los años ‘60, los sociólogos de la religión se enteraron de que, aunque la práctica católica disminuía intensamente, la sociedad en su conjunto siempre era creyente y ellos aportaron nuevas definiciones de la religión. Fue así como extendieron la creencia hacia ámbitos que hasta entonces no tenían nada que ver con la religión: la política, el arte, el deporte o hasta la ciencia en sus variantes cientificistas o positivistas, ofreciendo así nuevos elementos de reflexión. Por Sébastien Damin Traducción del francés al español publicada en la edición castellana de Le Journal Spirite. La Revue du Centre Spirite Allan Kardec de Nancy. Julio – Agosto – Septiembre de 2020 http://www.spiritisme.com/le-journal-spirite/