febrero 7 2022

¿Cómo surge el espiritismo? (2ª aparte)

En la segunda parte del tema: ¿Cómo surgió el espiritismo? Hablaremos sobre Allan Kardec. Realmente el espiritismo surge con Allan Kardec, por lo que, en el capítulo anterior, simplemente se analizaron los fenómenos que motivaron la posterior aparición del espiritismo, como algunas investigaciones que le sucedieron. Hacemos esta mención para que no se confundan los hechos mediúmnicos con el espiritismo, que es la ciencia que estudia estos hechos y extrae de ellos unos principios filosóficos y unas consecuencias de orden moral.

Síntesis Biográfica de Allan Kardec

Hyppolyte Leon Denizard Rivail nació en la ciudad de Lyon, (Francia) el día 3 de octubre de 1804. Su familia era católica y pertenecía a la clase social alta, teniendo entre sus parientes por parte paterna ilustres juristas, y por la parte de su madre teólogos ilustres, así como matemáticos, escritores… algunos de los cuales habían pertenecido a la Academia de Ciencias y a la Academia Francesa, lo que constituía la máxima conquista para científicos y pensadores de la época.

Pero no sería la posición social de su familia ni los recursos económicos lo que harían grande a Hyppolyete Leon Denizard Rival. Sería su trabajo y su sacrificio personal constante el que lo encumbraría a las cúspides del pensamiento universal.

Rivail vivió y creció en un ambiente austero y culto, realizando sus primeros estudios en su ciudad natal. A la edad de 12 años fue enviado a Yverdon, Suiza, al Instituto de Educación Pestalozzi, donde se convirtió en discípulo destacado del célebre Pedagogo Heinrich Pestalozzi.

¿Por qué aquel juez decidió enviar a su hijo a Suiza, para completar sus estudios bajo el sistema de Pestalozzi? No se sabe. Quizás considerase la falta de buenos colegios en Lyon, o tal vez simpatizara con el método propuesto por Pestalozzi. Lo que está claro es que asistir a este Instituto y recibir aquella educación fue algo importante y providencial para la vida del futuro educador y codificador.

Johann Heinrich Pestalozzi fue un Pedagogo Suizo. Está considerado como uno de los grandes pedagogos de la historia y en su época reformó la pedagogía existente. Dedicó sus esfuerzos a la educación popular. En 1775 abrió en Neuhof una escuela para niños pobres. Lógicamente, en una época donde la educación estaba restringida únicamente a las clases sociales más favorecidas, aquello fue un importante acontecimiento social. El proyecto al final no salió por falta de recursos. Llevó a cabo otro similar en Stans pero volvió a fracasar.

El gobierno, interesado por su dedicación a la educación del pueblo, le cedió el Castillo de Yvendon, construido en el siglo XII, en el que fundó el Instituto Pestalozzi. Fue en este castillo Medieval, donde el pequeño Rivail haría los estudios que lo prepararían para la ardua tarea de ofrecer nuevas ideas que cambiarían el pensamiento de la humanidad.

Rivail estudio en profundidad ciencias como la física, la química, la biología, la geografía, la astronomía y hasta realizó estudios de medicina, aunque en esta última no se sabe con certeza si llegó a terminar. Era también un filólogo distinguido que conocía a fondo y hablaba correctamente el inglés, el italiano, el español, el holandés y el alemán, además de su lengua natal. Hizo traducciones para el francés de varias obras de educación y moral.

Finalizados sus estudios, regresó a Francia y se dedicó a la labor educativa. En 1824, con 20 años, publicó su primer libro: “Curso Práctico y Teórico de Aritmética, según el Método de Pestalozzi, con Modificaciones”. Con este libro se convirtió en Francia en la mayor autoridad en lo referente al método educativo de Pestalozzi. Este libro se siguió reeditando hasta 1876.

Seguidamente siguió dedicándose plenamente a la educación, lanzando varios libros sobre pedagogía(1).

Fundó el Instituto Rivail, donde se estudiaba todo lo correspondiente al arte de formar a los seres humanos, principalmente en la educación moral, que era la que más le preocupaba y la única, en su opinión, que hace del niño un ciudadano justo y un hombre de caridad.

En el año 1831, la Academia Real de Arrás lo premió por un trabajo presentado en concurso titulado: ¿Cuál es el Sistema de Estudios más en armonía con las necesidades de la época?

En ese mismo año publica su Gramática Francesa Clásica, una obra didáctica en la que demuestra poseer sólidos conocimientos de las lenguas latina, griega, gálica y las neorrománicas, afirmando su reputación de profesor emérito.

Otros libros fueron publicados posteriormente como fruto de su capacidad de educador. No haremos mención de todos ellos ya que la finalidad de este artículo es narrar como llega a dedicarse a los fenómenos mediúmnicos y a la codificación del espiritismo. Hemos hecho mención de sus logros académicos principalmente para presentar a Rivail tal y como era, un hombre profundamente culto y respetado por la sociedad ilustre de Francia, lejos de ilusiones e interesado principalmente en el estudio de la verdad, viniera de donde viniera.

Pero en su haber no figuran solo estos logros académicos. Consonante con la línea que le infundiera su Maestro Pestalozzi, realizó diversos cursos de Matemáticas, Astronomía, Química, Retórica, Anatomía Comparada y Fisiología, además de algunos de idiomas de forma totalmente gratuita para alumnos y alumnas que no tenían recursos económicos suficientes para costear el valor de dichos cursos, demostrando no solo una profunda intelectualidad, sino también un sentido moral profundo. En cierta ocasión llegó a escribir que la base de la educación era despertar la moral en el ser humano.

En el Libro: Biografía de Allan Kardec, de Julio Abreu Filho, se dice lo siguiente:

“…Era un altruista en la más alta acepción de la palabra, porque no esperaba adquirir mucho para dar las sobras, sino que tenía un sentido práctico de la solidaridad humana, de esa solidaridad hecha de compañerismo, de camaradería fraterna, de simpatía por el esfuerzo ajeno, de buena disposición para ayudar a los otros con la propia experiencia, de buen ánimo para enseñar, principalmente de forma gratuita, —pues la gratuidad nivela espiritualmente a las criaturas y elimina aquella barrera social que se establece entre el que paga y el profesor que es pagado directamente— Él sentía las imperiosas obligaciones del individuo para con la sociedad, buscando el progreso social y procurando servir dentro de aquel magnífico concepto: “a cada uno según sus necesidades, a cada uno conforme a sus posibilidades”

En otras palabras: Fue un espíritu altamente consciente de su función social y la realizó magníficamente(2)…”

En el mundo de las letras y las ciencias de París, conoció a la señorita Amélie Grabielle Boudet. Ella era hija de un notario proveniente de una familia de intelectuales pertenecientes a la entonces considerada clase social alta, por lo que la joven Boudet había obtenido una refinada educación, tanto en el ámbito de la cultura como en el de las costumbres y modales.

Según el biógrafo de Allan Kardec, Henri Sausse, ella era profesora con título de primer curso, habiéndose diplomado en la primera escuela laica para profesoras de primaria según la línea de Pestalozzi, situada en el Boulevard Saint—Germain, en Paris.

Ejerció como poetisa y artista plástica, destacándose en la producción de obras artísticas en pintura al óleo, pastel, carboncillo y cryom. Fue profesora de letras y bellas artes.

Escribió tres libros: en 1825 “Cuentos Primaverales”, en 1826 “Nociones de Diseño” y “Lo esencial en bellas artes” en 1828.

El Sr. Rivail y la Srta. Boudet se conocieron en el mundo parisino de las ciencias y las letras. Ambos profundamente involucrados en la necesidad de la educación como medio fundamental para la superación de los problemas y conflictos sociales y personales, la Srta. Boudet pasó a colaborar activamente con Rivail en su instituto, aportando su experiencia como profesora.

En el año 1832 contrajeron matrimonio y continuaron sus trabajos en el Instituto Rivail, pero un revés económico hizo que Rivail tuviera que vender el Instituto para saldar deudas.

El revés económico estuvo producido por un tío suyo, que era su socio en la fundación del Instituto.

Rivail, que no se involucró en los asuntos financieros y económicos del instituto, confió en el Sr. Denizard, un hermano de su madre, toda la administración de la empresa, pero éste, un bohemio soñador, perdió en el juego todos los recursos que debían haber sido aplicados al mantenimiento del Instituto.

El que fuera hombre de ciencia y letras, profundamente involucrado en la necesidad de la educación como medio de perfeccionamiento humano, y desvinculado de las cuestiones financieras y económicas resultantes de su actividad, quizás por una ironía del destino, tuvo que ganarse la vida llevando la contabilidad de tres empresas, recursos éstos que le permitían vivir de forma tranquila, pero sin grandes comodidades.

Aun así, y aunque el trabajo profesional del Sr. Rivail era de contable, nunca abandonó la práctica que le apasionaba, que era la educación. Siguió escribiendo obras pedagógicas que eran bien acogidas por los medios académicos, hacía traducciones de diversas obras y lo que para el matrimonio era más importante, continuaban con las clases gratuitas, que daban en su propio hogar.

En este ambiente llegamos al año 1854. Ambos estaban profundamente involucrados en el proceso educacional. Ambos comprendían que solo por medio de la educación se conseguirá una sociedad más justa y equitativa, además de individuos más solidarios y humanos. Con estas ideas de base, llega al matrimonio una serie de nuevas ideas que cambian profundamente el modelo de pensamiento de ambos. Se trata de la idea de la inmortalidad del alma y la posibilidad de establecer una comunicación entre los espíritus y los hombres.

Si echamos una mirada retrospectiva en la vida del matrimonio, podremos observar cómo todas las circunstancias se han ido poniendo en su sitio, en el momento apropiado, a fin de prepararlos para la ardua y monumental tarea de codificar el espiritismo.

✓ Por un lado, está la decisión de su padre de enviarlo a Suiza, al instituto Pestalozzi. Hay que entender que su padre era un juez respetado y muy relacionado con las letras de Lyon, por lo que no le hubiera sido difícil recomendar a su hijo para que siguiera sus pasos. En principio parecía la opción más lógica y favorable para el joven. Sin embargo, su padre decide enviarlo a un instituto donde el modelo educacional era muy distinto al que él había recibido, y del que no había referencia en Francia. (Recordemos que ese modelo es introducido en Francia por el propio Rivail)

✓ En ese modelo, encuentra Rivail valores coherentes con su naturaleza moral, como la importancia de la educación y del desarrollo de las facultades del niño por medio de la observación de la naturaleza, la necesidad de llevar la educación a los más pobres, con lo que desarrolla el sentido de solidaridad y gratuidad en las clases… Todo esto va poco a poco formando al hombre que en el futuro debería emprender un trabajo nuevo para la humanidad, y cuya acción debía ser enteramente gratuita.

✓ Funda el Instituto Rivail, con el que consigue hacer llegar a Francia el método de estudio Pestalozzi. Con esto se produce un cambio gradual en el pensamiento, que va abandonando poco a poco el modelo rígido impuesto a la educación de la época, para una mentalidad más abierta y progresista.

✓ Pero se ve en la obligación de cerrar y vender el instituto por un revés financiero del que no es causante. ¿Por qué esto en la vida de tan proficuo e inteligente hombre? Creemos, y esa es una opinión personal, que si Rivail hubiese seguido con el instituto, si hubiera estado profundamente involucrado con él, no hubiera tenido el tiempo suficiente para dedicarse al espiritismo, pues su labor y su obra estarían centralizadas en el propio instituto. Ese revés del destino, empleando una terminología popular, no deja de ser una circunstancia providencial y oportuna que le permitió disponer, en el futuro, de más tiempo para poder dedicarse al trabajo de codificar el espiritismo.

✓ Conoce a la Srta. Boudet, que enseguida comprende sus inquietudes y participa de ellas, colaborando mano a mano, en primer lugar, en los propósitos educativos de su marido y que ella compartía, y posteriormente, como ayudante y colaboradora en el trabajo de codificación y divulgación del espiritismo.

En definitiva, todos los elementos necesarios para el desempeño de su labor se van poniendo en su vida en el momento adecuado. Pero no nos extendamos más en estas conjeturas, pasemos a ver cómo llega el Sr. Rivail a conocer los fenómenos mediúmnicos.

Su acercamiento al espiritismo

Corría el año 1854, —como dijimos— cuando Rivail oyó hablar a su amigo Fortier de las mesas giratorias. Veamos la conversación:

–“He aquí una cosa extraordinaria, — le decía el Sr. Fortier— no solamente se hace girar una mesa magnetizándola, sino que se la hace hablar, se la interroga y ella contesta”.

—“Esto, —respondió Rivail— es otra cuestión. Yo creeré en ello cuando lo vea y se me haya probado que una mesa tiene cerebro para pensar, nervios para sentir y que puede convertirse en sonámbula. Hasta entonces, permitidme que no vea en ello más que un cuento para niños”.

Es interesante destacar la postura de Rivail. En primer lugar, no niega sistemáticamente los fenómenos, que tal y cómo le habían sido presentados por el Sr. Fortier parecían imposibles, pero tampoco se deja llevar por la ilusión al respecto de los mismos.

Desea verlos y que se le ofrezcan las explicaciones pertinentes para su comprensión.

Con este espíritu va a afrontar sus observaciones y estudios del espiritismo más adelante.

Pero no fue hasta el año siguiente, es decir, 1855 cuando Rivail asiste a una reunión mediúmnica, en la casa de la señora Plainemaison. A Rivail le había sorprendido anteriormente el carácter serio, formal y racional del señor Patier, funcionario público de amplia consideración. Él le habló de los espíritus y de las sorprendentes respuestas que daban a sus preguntas. Ante la seriedad del señor Patier, Rivail decide asistir a una de estas reuniones que cambiaría su vida y daría inicio a una nueva filosofía: El espiritismo.

Allí, en la casa de la señora Plainemaison asistió Rivail a su primera reunión. Veamos lo que dice al respecto:

—“Fue allí donde presencié por primera vez el fenómeno de las mesas giratorias que saltaban y corrían, y ello en condiciones tales que la duda era imposible.”

Pero allí también fue donde conoció a la familia Baudin, que lo invitó a las reuniones familiares que hacían, invitación que es aceptada por él. Transcribimos sus palabras sobre las impresiones que sacó de estas reuniones.

—“Fue allí donde hice mis primeros estudios sobre Espiritismo, más fundamentados sobre las observaciones que sobre las revelaciones. Apliqué a esta nueva ciencia, como lo había hecho siempre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida. Observaba con atención, comparaba, deducía y sacaba conclusiones, de los efectos me remontaba a las causas mediante la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos y admitiendo la viabilidad de una explicación solamente cuando podía resolver ella todas las dificultades inherentes al problema…

…Ese es el procedimiento que utilicé toda mi vida, a partir de los quince o dieciséis años. De entrada, comprendí la gravedad de la investigación que emprendía y entreví en esos fenómenos la clave del oscuro y controvertido problema del pasado y el porvenir de la humanidad, la solución y la respuesta a todas mis búsquedas. Se trataba de una revolución completa en las ideas y las creencias, por lo tanto, debía actuar con circunspección y no a la ligera, ser positivista y dejar los ideales de lado para evitar afirmaciones ilusorias”

Estas palabras de Rivail en el comienzo de su interés por los fenómenos mediúmnicos, demuestran que no se deja llevar por ilusiones, que mira con prudencia estos fenómenos. Pero a la vez, demuestran cómo supo ver en ellos algo profundo y grave.

Se trataba de la confirmación de que la muerte no es el final de la vida. Él ve en esto un asunto muy importante para la humanidad, y como emérito educador, se da cuenta de que tenía delante de sí hechos que revelaban una importancia clave en la educación del ser humano. Es así, —comprendiendo la gravedad y la profundidad de lo descubierto—, que decide adentrarse en este campo nuevo para él y para la humanidad, con la seriedad del hombre prudente que busca la verdad y que desea que esa verdad se convierta en un elemento de progreso y educación humana.

En aquellas reuniones coincidió con el Sr. Carlotti, destacado lingüista, el Sr. Taillandir, doctor en letras y más tarde miembro de la Academia de Francia, el Sr. Tiedeman-Manthese, filósofo holandés y primo hermano de la Reina de Holanda, el Sr. Antoine Léandre Sardou, profesor lexicógrafo y autor de varias obras escolares y su hijo Victorien Sardoy, entonces estudiante de medicina y más adelante miembro de la Academia Francesa, y el Sr. Pierre-Paul Didier, impulsor de la famosa librería académica y más adelante editor de las obras espíritas(3).

Todos ellos habían estudiado los fenómenos y asistían de forma asidua a diversas reuniones mediúmnicas, y conociendo la gran capacidad de análisis y síntesis de Rivail, le entregaron cincuenta cuadernos de comunicaciones diversas para que fueran estudiadas y catalogadas por él.

Rivail tomó esos cuadernos y los estudió cuidadosamente, los catalogó, suprimió las repeticiones y puso en su lugar los dictados de cada sesión. A partir de aquel momento, y con ese material de base, decidió dar un nuevo rumbo a las reuniones en la casa de la familia Baudin. Veamos lo que escribe a ese respecto:

—“Hasta entonces las sesiones en casa del señor Baudin no tenían una finalidad determinada, decidí por ello darles un giro preciso y obtener respuestas que me interesaban desde el punto de vista de la filosofía, la psicología y la naturaleza del mundo invisible. Llegaba a cada sesión con una serie de preguntas preparadas y metódicamente ordenadas, las que siempre fueron respondidas con precisión, profundidad y de una forma lógica(4)”

En el año 1856 Rivail asistió a reuniones mediúmnicas en la casa del señor Roustan, donde revisó y cotejó con otros médiums las preguntas obtenidas en sus reuniones con la familia Baudin.

Sin embargo, Rivail no quedó del todo satisfecho con esa nueva revisión, por lo que decidió consultar con otros médiums, llegando a consultar algunos temas más espinosos con 10 médiums distintos. Una vez que todo estaba listo, publicó el resultado de sus investigaciones.

Este procedimiento fue muy común y un sello característico suyo. No se conformaba nunca con las respuestas obtenidas por un médium.

Siempre sometía, —como medio de control,— las mismas preguntas a médiums distintos que no se conocían entre ellos y que no sabían de antemano la respuesta.

El libro de los Espíritus” salió a luz el 18 de abril de 1857, y Rivail firmó el libro con el seudónimo que lo haría inmortal: Allan Kardec. Esta edición, que constaba de 501 preguntas con sus respectivas respuestas se agotó en poco tiempo, pero una segunda edición no vio la luz hasta 1860, ya que fue, en palabras de Kardec: “Enteramente refundida y considerablemente aumentada” hasta las 1018 preguntas con sus respuestas y comentarios que tiene en la actualidad.

Esto marca, históricamente, el inicio del espiritismo.

¿Por qué firma el Sr. Rivail su nuevo libro con un pseudónimo? –Las razones exactas no se saben con total seguridad, pero la opinión general es que no quería que se mezclase su trabajo como pedagogo con el trabajo que iba a emprender como espírita. Consideremos que el suyo era un nombre muy vinculado a la pedagogía y a los medios académicos de París, por lo que haber firmado sus libros espíritas con su verdadero nombre podría haber creado confusiones en cuanto a la comprensión de su faceta como pedagogo. De esta forma, quería diferenciar unas obras de otras.

Muchos, desconociendo la sucesión de los hechos, piensan o pensaron que el espiritismo existía antes de Kardec. Esta es una afirmación completamente errónea.

Lo que ha existido siempre es el fenómeno mediúmnico, que al ser una facultad humana se encuentra en todas las culturas y en todas las épocas de la humanidad.

Sin embargo, la ciencia que estudia estos fenómenos, los cataloga, define y extrae de ellos una aplicación para el ser humano, surge con Kardec.

Es más, la propia palabra espiritismo, es un neologismo creado por él para definir la filosofía que emerge como consecuencia de sus investigaciones con los espíritus, ya que el nombre con el que se popularizó todo este movimiento antes de Kardec fue “Espiritualismo Moderno”, pero Kardec consideró que la palabra espiritualismo ya tenía una definición bien caracterizada, y aplicarla a la nueva ciencia que surgía podría generar confusiones y diversos sincretismos, tan de moda hoy en día. Para evitar esto y dotar a la nueva ciencia de una identidad propia, creó la palabra Espiritismo, cuyo significado lingüístico vendría a ser: “Enseñanza de los espíritus”.

Cuesta entender cómo desgraciadamente, se desvirtuó esa palabra hasta el punto de ser totalmente desconocida y mal interpretada en la época actual(5).

El método adoptado

Para abordar el método adoptado por Allan Kardec para la Codificación del espiritismo, debemos, en primer lugar, situar dos momentos importantes en este proceso. El primero de ellos, la verificación del fenómeno, que por ser poco conocido era una cuestión polémica, y posteriormente el de la estructuración del espiritismo. Vamos a ver ambos.

Cuando Allan Kardec se enfrenta por primera vez a la idea de los fenómenos mediúmnicos, en primera instancia duda de los mismos. ¿Por qué duda? Obviamente la duda es un proceso necesario para la adquisición del conocimiento.

Si aceptamos todo sistemáticamente sin someterlo a un análisis, nuestros conocimientos se fundamentarán en fantasías, en lo primero que nos digan, y serán tan volubles cuanto al tiempo que transcurra entre esa idea y otra nueva y contraria.

Por lo tanto, ante cualquier idea nueva, la primera reacción lógica es la duda. Pero por un lado está la duda sistemática de no aceptar nada nuevo, y por otro está la duda razonada, que antes de aceptar una idea nueva pide argumentos y razones. Esta era la postura de Kardec cuando oyó hablar por primera vez de los fenómenos mediúmnicos.

Para pasar de la duda a la convicción, hubo de verificar esos fenómenos. Esa verificación le llegó de dos formas distintas. Por un lado, la convicción de personas completamente respetables y cuyo buen juicio no podía ponerse en duda. Allan Kardec siguió, como puede verse en sus obras, sobre todo en la revista espírita, los acontecimientos que se fueron desarrollando en relación con el fenómeno. Supo de médiums que habían sido investigados por personas respetables, y gracias a esto, pudo ver que el fenómeno no era simplemente un producto de la imaginación o la fantasía de algunos. Por otro lado, él mismo asistió a reuniones donde pudo comprobar el fenómeno por sí mismo. En palabras suyas, “pude observarlo en condiciones tales, que la duda era imposible”. Más adelante, él afirma:

Apliqué a esta nueva ciencia, como lo había hecho siempre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida. Observaba con atención, comparaba, deducía y sacaba conclusiones, de los efectos me remontaba a las causas mediante la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos y admitiendo la viabilidad de una explicación solamente cuando podía resolver ella todas las dificultades inherentes al problema…

Con estas palabras podemos verificar cómo se había concienciado de la necesidad de observar cuidadosamente aquellos hechos para no sacar conclusiones precipitadas, y formarse una idea exacta de la realidad de lo que iba a estudiar.

Una vez que la duda no era posible, pasó a comprobar la causa que los producía. Observó que lo que fuera que se estaba manifestando era inteligente, puesto que conseguía responder de forma inteligente a las preguntas que le eran hechas, por lo que era necesario estudiar la naturaleza de esa inteligencia.

En primer lugar, se pensó que esa la inteligencia podía ser un reflejo de la de los asistentes. Pero esa idea fue descartada muy pronto ya que en muchas ocasiones las respuestas eran totalmente desconocidas por los mismos. Por lo tanto, esa inteligencia debía tener una causa y una naturaleza distinta de los asistentes. ¿Cuál era esta naturaleza?

Lo mejor era preguntarle a ella misma. Al ser preguntada sobre su procedencia, la respuesta fue que la causa de esos hechos eran los espíritus, es decir, las almas de los seres humanos después de haber muerto. De esta forma, una de las grandes cuestiones religiosas y teológicas pasaba de la filosofía o la religión a la evidencia(6).

Después de comprender y conocer la causa de estos fenómenos, ante Allan Kardec se abre un mundo maravilloso que supo entrever y profundizar.

–Si es verdad que la vida no termina con el cuerpo y podemos entablar comunicación con los que han partido para el más allá. ¿No será este un medio de obtener respuestas a los diversos interrogantes filosóficos que han estado presentes en el hombre desde sus inicios?, ¿no nos brinda una nueva puerta de investigación sobre el futuro de la humanidad?, ¿no plantea cuestiones profundas y relevantes para el ser humano?

Decidido entonces a buscar respuesta a los interrogantes más profundos relacionados con nuestra naturaleza y nuestro destino, comienza a preguntar a los espíritus sobre diversos problemas filosóficos, religiosos, existenciales, morales, naturalesobteniendo respuestas sabias y coherentes a todas estas preguntas.

Pero su espíritu meticuloso y analítico no se queda con esas respuestas. Él se había dado cuenta de que si hacemos una misma pregunta filosófica a varias personas, cada una de ellas ofrecerá una visión distinta del problema, ¿por qué en los espíritus no va a suceder de la misma forma?, ¿acaso la muerte confiere sabiduría a quien no la tenía en vida? De esta forma, decide comprobar esto y se da cuenta de que efectivamente, entre los espíritus los hay que son sabios, pero también los hay que no saben más que los hombres, por lo que no se puede realizar esta investigación a la ligera.

Para certificar la autenticidad de las respuestas, decide someter a las mismas preguntas a médiums diversos, que no tenían relación los unos con los otros y que no sabían el resultado de las respuestas que los otros habían obtenido.

De esta forma comprueba una vez más la naturaleza espiritual de las inteligencias que se comunicaban, pues las respuestas eran similares, independientemente de los médiums y asistentes por los que se recibían.

Por otro lado, se da cuenta que todo lo que proviene de los espíritus ha de ser analizado y sometido a un análisis cuidadoso, procurando que sea coherente y lógico, además de que no se contradijera entre sí.

De esta forma trabajaría toda su vida. Cuando una idea era dada por los espíritus esa idea era sometida a un férreo análisis racional, además de ver si era coherente con las ideas generales que iban formando la filosofía del espiritismo, y solo incorporaba la idea cuando respondía satisfactoriamente a todos los métodos de verificación y análisis a los que era sometida.

De esta forma, podemos afirmar que aplicó, en todas sus investigaciones, un método científico. —Más adelante*, cuando analicemos el espiritismo como ciencia, desarrollaremos mucho más este concepto—

La Codificación – (Los libros fundamentales)

Cuando se hace referencia a Kardec, se le nombra en muchas ocasiones como “El codificador del espiritismo”. Igualmente, a su obra se le designa con el nombre de “La Codificación”. Vamos a ver, en primer término, de donde vienen estas palabras.

La palabra codificar tiene en castellano varios significados. Uno de ellos es: “Conformar un cuerpo de leyes metódico y ordenado”. Esta es la definición que nos interesa. La tarea que llevó a cabo Allan Kardec fue precisamente esa.

Como vimos anteriormente, los espíritus se comunicaban en diversos lugares trayendo información. Él mismo buscó esa información a través de diversos médiums. Toda esa información que había recibido necesitaba ser estructurada en un cuerpo filosófico, lo que requería de ordenación, supresión de repeticiones, agrupación por temas, estructura coherente y pedagógica, catalogación etc. Todo este trabajo fue hecho por Allan Kardec, por lo que su papel fue, sin lugar a duda, el de codificar toda la información que traían los espíritus.

Pero su papel no se limitó a eso. Además de la propia tarea de codificación del espiritismo, su labor fue mucho más allá, y participó intelectualmente en la elaboración de los libros, ya fuera:

  • haciendo preguntas sobre temas que consideraba importantes,
  • pidiendo aclaraciones sobre otros que podía no ver del todo claros,
  • o aportando con sus reflexiones y comentarios para el esclarecimiento de muchas cuestiones.

Los libros de la codificación son los siguientes:

El Libro de los Espíritus. Es la primera obra sobre espiritismo que ha sido publicada. Ella contiene los principios de la doctrina espírita.

El Libro de los Médiums. Es una obra fundamental de referencia para los que se quieran dedicar a la mediúmnidad. En ella se pone de manifiesto el carácter formal y serio con el que Kardec abordó la mediúmnidad.

El Evangelio según el Espiritismo. En esta obra se desarrolla la moral del espiritismo con base a las enseñanzas dadas por Jesús de Nazaret. En el libro se analiza esta moral, se explica su concordancia con el espiritismo y como aplicarla a las diversas circunstancias de la vida.

El Cielo y el Infierno. En esta obra se hace un análisis racional sobre la situación del alma después de la muerte del cuerpo físico. Además, se ponen ejemplos reales obtenidos mediúmnicamente de la situación en la que se encontraban los espíritus tras la muerte del cuerpo.

La Génesis. En este libro se hace un estudio sobre las características de la revelación espírita, además de un análisis sobre el concepto bíblico de la creación a la luz de los principios espíritas y de los descubrimientos de la ciencia de su época. Se estudian así mismo los milagros atribuidos a Jesús y las Profecías encontradas en los evangelios.

Además de estos libros, que son considerados los más importantes en la obra de Allan Kardec, él publicó otras obras como ¿Qué es el espiritismo? El espiritismo en su más simple expresión Viaje Espírita 1862. Después de su fallecimiento, se publicó Obras póstumas.

También mantuvo durante 12 años la Revista Espírita, que se publicaba mensualmente y cuya finalidad era la divulgación de las ideas espíritas.

Terminamos aquí con este capítulo permitiéndonos un comentario personal al respecto de la importancia del estudio del espiritismo en base a las obras de Allan Kardec:

El espiritismo no es una filosofía dogmática que establece principios inamovibles. Su propia esencia es evolucionista y el propio Kardec estableció el carácter progresista del espiritismo en toda su obra. Muchos pueden considerar, en base a esto, que las obras de Kardec han sido superadas en la actualidad, lo que no es verdad. Las obras de Kardec se mantienen en la actualidad con el mismo vigor y profundidad que tenían en la época en que fueron escritas, precisando un estudio racional de ellas para una comprensión correcta del espiritismo, en primer lugar, porque ellas contienen el verdadero carácter del espiritismo. Pero, además, consideramos el profundo valor pedagógico y didáctico de esas obras a la hora de comprender el espiritismo en su aspecto profundamente analítico y racional. Siguiendo las explicaciones de Kardec no solo se aprende espiritismo, se comprende el espiritismo, por lo que son obras imprescindibles para todo aquel que desee asomarse al estudio de la doctrina espírita.

Referencias:

(1) Citamos los libros que editó desde el año 1824 a 1849:

✓ Curso Práctico y Teórico de Aritmética según el método Pestalozzi

✓ Plan para el mejoramiento de la institución pública.

✓ Gramática Clásica de la lengua Francesa

✓ ¿Cuál es el sistema de estudios más adecuado a la época?

✓ Manual de los exámenes para el certificado de capacidad.

✓ Soluciones racionales de preguntas y problemas de Aritmética y Geometría.

✓ Catecismo Gramatical de la Lengua Francesa.

✓ Programa de los cursos ordinarios de Química, Física, Astronomía y Fisiología

✓ Puntos para los exámenes en la municipalidad y en la Sorbonne.

✓ Instrucciones sobre las dificultades Ortográficas.

(2) Biografía de Allan Kardec – Júlio Abreu Filho, Cap: “Estudio y Trabajo” (Texto traducido del portugués por el autor)

(3) Como puede verse, los fenómenos mediúmnicos habían llamado la atención de personas serias y respetadas, y no como se piensa generalmente cuando se atribuyen estas ideas a personas de poca cultura e instrucción.

(4) Todas las citas a las que hemos hecho alusión al abordar su acercamiento al espiritismo pueden encontrarse en: Obras Póstumas – Allan Kardec. Cap: “Mi primera iniciación en el Espiritismo”

(5) Allan Kardec. El libro de los Espíritus. Introducción – Ítem 1º.

(6) Como puede observarse, el propio hecho, al ser inteligente, responde sobre su misma causa, respuesta que es verificada, posteriormente, por el estudio y naturaleza de las propias comunicaciones.

Por Juan José Torres Fernández de Asociación Espírita José Grosso (Córdoba – España). Reproducido del capítulo 3 de su *libro “Filosofía Espírita; Bases Filosóficas del Espiritismo: Estudio analítico y racional de los puntos fundamentales de la filosofía espírita“. (2014)

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Publicado 7 febrero, 2022 por Reproducciones en la/s categoría/s "Espiritismo", "Historia del Espiritismo", "Iniciación al Espiritismo

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