El olvido de nuestro pasado es el reflejo de nuestro presente
A principios del siglo pasado, unos hombres y mujeres, con hondas convicciones, llevaron al movimiento espírita español a ser el más representativo del mundo. No en vano, fue en Barcelona en 1888 donde se realizó el 1º Congreso Espírita Internacional. Se trataba de persona instruidas o con el verdadero deseo de ser instruidas, que preñaban la geografía española con múltiples revistas especializadas y publicaciones diversas.
Había un sincero deseo de cambio, de instaurar ideas progresivas y renovadoras. El espiritismo que esta gente pregonaba estaba a la par de la idea más revolucionaria del momento, sabiendo aunar por un lado el lado científico con el espiritual. Muchos intelectuales del momento se interesaron por las ideas filosóficas de esta doctrina, tan similares en algunos puntos al sistema del filósofo alemán Krause. Continúa leyendo