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¿Adoctrinar?

Es un vocablo arto utilizado en el medio espírita; en mi opinión, en demasiadas ocasiones… porque pertenece a uno de esos términos inofensivos, incluso positivos en su práctica concreta, pero también ambiguos o incluso imprudentes en cuanto a divulgación se refiere.

De entrada, ante neófitos en asuntos trascendentales como para principiantes, suena (y es totalmente lógico) a lo que exactamente remite su significado etimológico: hacer doctrina, convencer, aleccionar, etc., algo que inevitablemente nos remite a las religiones institucionalizadas (y concretamente a la Católica), pero que se aleja de la perspectiva espiritista. 

Y no deja de ser curioso porque el significado original de adoctrinar no tiene nada que ver con el cometido de un espírita en una reunión mediúmnica, ya que en este tipo de reuniones nuestro papel no es adoctrinar… sino ayudar, escuchar y esclarecer a los hermanos atormentados por su pasado, es decir: nuestro papel no es llevarles a creer en el Espiritismo (no es por eso para lo que son conducidos a las sesiones, sino para liberarse de sus traumas íntimos).

Las reuniones de desobsesión son una terapia liberadora, no un procedimiento de conversión.

A Luiz utiliza un término -mucho más light pero, también, mejor ajustado al Espiritismo-, que es el de “médium esclarecedor”, mucho más correcto que el de “adoctrinador”.

Contextualizar la información y realizar las correspondientes matizaciones no es antidoctrinario, al contrario, es un recurso sumamente útil y valioso para optimizar el proceso divulgativo. Tengamos esto en cuenta.

No seamos retóricos y cerrados, sino que estemos siempre receptivos a la auto-mejora (en este caso de la comunicación).

Sin contextualizar, matizar y/o replantear conceptos de etimología dudosa, la divulgación se convierte en árido aleccionamiento… en adoctrinación en su acepción plena.. Y ese, no es precisamente el cometido del Espiritismo.

Blog de Lumen en Zona Espírita

Escrito por Lumen

Blogger Colaborador de Zona Espírita.

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