Café tertulia: De charla con “Lumen”

Nos hemos tomado un rápido cafecito con “Lumen” (Usuario registrado en Zona Espírita) y compartimos con vosotros esta pequeña charla con él.

Queremos indicar de que se trata de su opinión personal con la que podemos o no estar de acuerdo. Pero que respetamos sin lugar a dudas.

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Zona Espírita: ¿Crees que se está haciendo lo necesario en cuanto a vivir y dar a conocer el espiritismo?

Lumen: Creo que hay mucha gente que hace cosas muy buenas y meritorias, lo creo firmemente, pero, al mismo tiempo sospecho que, de manera general, no se proyecta de manera correcta el Espiritismo… No se si por falta de estudio, si por temor a pensar de manera diferente que las instituciones o si por cargar con añadidos culturales que no pertenecen exactamente al mismo.

Zona Espírita: ¿Quizá un poco de las tres cosas que apuntas?

Lumen: Quizá. Sí se a ciencia cierta y sin la menor sombra de duda, que el Espiritismo necesita un replanteamiento a nivel divulgativo y de instituciones… No podemos continuar atrapados entre la retórica del siglo XIX, y esta especie de evangelismo importado del siglo XX del presente -que parece encantar a los espíritas pero que aleja a la gran masa de aquellos que anhelan por la nueva espiritualidad y están cansados de las consignas religiosas del pasado-.

De continuar así el espiritismo terminará siendo solo apto para una minoría, lo que escapa de las miras del Consolador Prometido que es una filosofía universal para todos, más allá de su ideología espiritual y su cultura.

En este nuevo siglo necesitamos un nuevo enfoque; el de un Espiritismo sencillo y puro por la vuelta a sus fuentes originales, cercano y laico, un espiritismo más allá de la FEB, del CEI e inclusive de Chico… no porque todo esto sea malo (al contrario, es bueno y necesario en su ámbito), pero corremos el riesgo de someter el mensaje de los Espíritus superiores a un reduccionismo del todo innecesario.

Las instituciones (esta o aquella) y las figuras públicas (este o aquel) tienen su lugar, pero no abarcan por si solas todo lo que es el Espiritismo, que tiene todo para llegar a mucha gente más allá de los límites humanos (por ennoblecedores que estos sean) o de la cultura neo-católica de algunos que ha terminado por filtrarse e impregnar el movimiento.

Da la impresión que la mayor parte de los espíritas viven más la DOCTRINA que la filosofía… y se nota. Y esto es un error lamentable.

Otro Espiritismo es posible, pero sobretodo; otra manera de vivenciarlo se hace imprescindible…

Todos los espíritas tenemos un papel especifico desde antes de este renacimiento carnal, por lo tanto, que nuestro compromiso sea con Kardec y el Espiritu de Verdad, mucho más que con esta o aquella federación, este o aquel dirigente, este o aquel amigo.

Quiero decir que instituciones y grupos humanos son necesarios pero, sin excepción, no están libres de error… y por lo mismo, el ideal debe estar por encima de personalismos y de afinidades. Debemos ser fraternos y empáticos en todo momento, pero además, hoy toca también ser asertivos, librepensadores y leales al mensaje.

No confundamos seguir el rebaño, el comodismo y el trabajar por un espiritismo al gusto de tal o cual colectivo, con la humildad o la unión. A veces toca no ser conformistas, ser valientes para decir que no se está de acuerdo (aunque la otra parte sea mayoría) y buscar otras maneras de expresión para ser más eficientes, pero sobretodo, más coherentes con lo que significa ser espíritas.

Debemos esforzarnos para despertar el sentir espírita verdadero, sin nacionalismos ni modismos culturales prestados de este o aquel país. El Espiritismo es uno solo. Y en este convite mayor que los amigos espirituales nos hacen, están fuera de lugar los polemistas… los fanáticos… y aquellos que desde su ego y posición proyectan su Espiritismo personal, adaptando el mensaje a sus intereses ideológicos.

Zona Espírita: Creo que te entiendo pero, ¿no crees que es quizá un poco polemista?

Lumen: Agitar las conciencias en el nombre del ideal no es ser polemista, es ser responsable, comprometido y consecuente. Buscar la polémica es un error, pero caer en la auto-complacencia y la inercia es dar por sentado que todo está bien y no debe mejorarse… esto es una trampa.

Observo como muchos compañeros están cómodamente instalados en su burbuja doctrinaria, ajenos a lo distantes que se encuentran de la realidad social y espiritual del ciudadano medio, que lo que menos necesita es tragar un mensaje (implícito) de moralismo trasnochado y beatería evangélica.

Hay mucho que hacer en el Espiritismo, pero por mucho que extrañe a algunos, el trabajo no está afuera… no es tanto cuestión de divulgar, sino de procesar un nuevo replanteamiento de lo que es ser espírita entre los propios espíritas.

Terraza del Café Espírita; en la tarde del miércoles 13 de mayo de 2015