abril 16 2018

Hijos del Futuro

Somos espíritus inmortales. Nuestro crecimiento, nuestra evolución anímica se pierde en la noche de las edades. No hemos solo habitado este globo, cuyo inicio es mesurable y sabemos. Sino que nuestro psiquismo ha llevado una larga secuencia evolutiva que ignoramos.

Nos hablan algunas comunicaciones de «los exiliados de Capela», aquel hipotético mundo en la constelación del Cochero o Boyero. Y cierto que nuestro inconsciente colectivo, nuestra mente primordial, en todas las culturas antiguas dejó constancia de un «paraíso perdido», o de «una edad de oro» y posterior degeneración de sus costumbres.

Allan Kardec nos habla de comunicaciones de espíritus que dejaron su impronta en la evolución cultural de la Tierra, como habitando en otros mundos más felices: más elevados en todos los sentidos. Estas personalidades que pasaron más penalidades que goces en nuestro querido planeta, de algún modo en su fuero íntimo, se sentían distintos a sus coetáneos; de ahí esa expresión tan usada «era un avanzado a su tiempo».  Continúa leyendo